El reloj marcaba que era tiempo de siesta en la tarde del domingo en
Villa Mercedes, provincia de San Luis. Por lo cual las tres cuadras que nos
separaban del Palacio José Maria Gatica, hasta el hotel donde nos
hospedamos tenían su peso.
Por varios motivos habíamos vivido la final del torneo Nacional Amateur
de Boxeo. La mochila con nuestros elementos de trabajo pesaba el doble, luego
de siete jornadas a todo boxeo con 117 boxeadores de 18 provincias y más
de 140 peleas.
Nuestra tarea había llegado al final. En lo estadístico con 10 campeones
nacionales consagrados.
Comenzaba la hora de analizar el desarrollo del certamen, y lo primero
que hay que decir es que el nivel boxístico
fue de bueno para arriba.
Julio García y Marcos Martínez, entrenadores de la
selección nacional, no se perdieron detalle de cada una de las peleas.
Porque cuando decimos que el nivel supero nuestras expectativas, es porque hubo delegaciones que trajeron muy
buenos valores y en algunos casos con chicos “desconocidos” que se presentaron
en la final, y que en algunos casos se quedaron con el título.
Quedaron en el camino boxeadores del nivel de Jossue Oliver, Ignacio
Perrín, Alberto Palmetta, Lucas Giménez y perdió la final Facundo
Giglione. Estamos entrando en el detalle de los púgiles de mayor recorrido en
el campo amateur.
No corrieron la misma suerte los campeones Cristian Rodas, Cristian
Choque , Gianfranco Bracamonte y Kevin Cáceres. Rodas en 49, Choque en 52 y
Bracamonte en 56 kg, ganaron todas sus peleas sin dejar dudas y en la final se
lucieron los tres.
Rodas metió en el ring
los conocimientos que adquirió internacionalmente y ganó con toda claridad,
luciendo su mejor boxeo, manejando la larga distancia ante el joven
local Juan Carlos Jofre.
Choque ganó por puntos,
pero con la amplitud de sus compañeros con su boxeo de ataque.
Bracamonte, sin fisuras y Kevin Cáceres debió vencer a una de las
revelaciones del torneo, el santafesino Franco
Quinteros.
Porque quedaron afuera de la final los que anteriormente mencionados
porque en combates parejos donde en un torneo que no hay empates, sino cerras
el combate marcando diferencias, quedas en manos de las apreciación de los
jueces. Fue el caso de Lucas Giménez
y “Nacho” Perrin.
El caso de Jossue Oliver, fue diferente llego a semifinales boxeando en un
gran nivel. Fue sorprendido por el local Miqueas
Tapia de solo cuatro peleas. Que a base de potencia absorbió los golpes y luego
de dos cuentas el árbitro paró la pelea decretando el triunfo del “puntano” por RSC3.
Palmetta había ganado su pelea con toda claridad
ante Alejandro Silva, pero se quedó
en el último round porque sabía que había ganado los dos primeros y para
sorpresa de todos, el misionero radicado en el Gran Buenos Aires, se quedó con
la victoria, que él mismo reconoció, no había logrado.
Ghiglone no tuvo un buen
campeonato y en la final no mejoró su rendimiento y el título quedó en manos
del bonaerense Carlos Ortega.
Dijimos que nuevas figuras afortunadamente para el deporte de los puños
aparecieron como en las delegaciones de Santa Fe y San Luis (el local), con
valores que llegaron a las finales y en algunos casos se quedaron con el
título.
Kevin Agonese en 60 kg y Leonardo Amitrano en 69 kg, ambos
representantes de San Luis, fueron dos de las apariciones a la que hacíamos
mención.
Agonese ganó la final con
amplitud, en cambio Amitrano se
encontró con otro joven al que no le pesó ser visitante, como el santafesino Naquis Alonso. Cuando muchos creían que
sería un trámite para el ídolo local, nada de eso ocurrió.
Alonso fue a buscarlo
golpe por golpe sin especulaciones y el juez Vilariño debió llamar dos veces al
médico porque el ojo izquierdo del local estaba totalmente cerrado. Lo que no
le impedía a Amitrano estar en pelea y por terminar mejor los rounds se llevó
la victoria en una más que atractiva pelea.
El duelo entre revelaciones puntanas y santafesinas tuvo una pelea que a
nuestro criterio fue “la pelea” de la
final: la victoria del Arenalense radicado en Rosario, Marcos Escudero, quien se propuso no llegar a las tarjetas, porque
su rival era nada menos que Micaes Tapia,
el vencedor de Oliver.
Escudero mostró mejor
boxeo, bien en defensa, veloz y de fuerte pegada, fue desgastando la
fortaleza de Tapia. El empuje de su
público y su voluntad no pudieron con quien a nuestro criterio fue el mejor
boxeador del certamen, invicto, con sólo 10 peleas y 9 nocauts.
El no va más del juez Vilariño en
el 3º asalto hizo explotar la euforia del pugil que vino con la convicción
de llevarse el título en 81 kg. Tal vez no imaginó que iba a ser a nuestro el
gran protagonista de la final.
Rememorando aquel viejo tema que jamás dejamos de escuchar de León
Gieco, Nos vamos en el micro de las 22:00. El selectivo terminó, Julio
García y Marcos Martínez no se perdieron detalle y en sus carpetas los
datos de quienes se destacaron.
A nuestro criterio, como decíamos, el mejor boxeador fue Marcos Escudero de Santa Fe. La
revelación, Naquias Alonso, de la
misma provincia, que fue reconocida como la mejor del certamen, delegación que
estuvo a cargo del entrenador rosarino Leandro
Ploner.
Llegó en silencio, como muchos boxeadores y se quedó con un premio
merecido, que lo emocionó al Riojano Jorge
Luna como mejor árbitro del torneo.
En las fotos de los boxeadores esperando y escuchando el fallo, muchas
veces alcanzamos a leer lo que ellos creen que van a escuchar. El juez Jorge
Luna, precisamente, en el combate Palmetta
vs Silva, cuando escuchó ganador rincón azul, quiso levantar la mano de
Silva, no la encontró. Silva se arrodilló agarrándose la cara y en ningún
momento la levantó, en un gesto que cuando hablo con nosotros llegamos a comprender.
Cuando bajó del ring, dijo: “ganó
Palmetta”. El premio a la lealtad deportiva en
para nosotros fue para Alejandro Silva.
Para destacar que en las 10 peleas finales no hubo ningún fallo polémico. Lo que dio mayor color en la jornada final a una verdadera fiesta que se vivió en el José María Gatica de Villa Mercedes.
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