martes, 13 de enero de 2015

Iceberg

Por Gustavo Nigrelli


Gustavo NigrelliLa pelea de fondo que se cayó el último sábado, tras mucho tiempo, señala algo más que eso, disimulado bajo títulos mundiales. Es la punta de una crisis que se viene dando lentamente, que tiende a rememorar viejas épocas de escasez, y de la que será bueno concientizarse más temprano que tarde para evitar riesgos peores.
Iceberg
Lucas Carranza
Foto:

Hacía mucho que no sucedía esto. La memoria no es precisa para recordar si habrán sido 5, 6 o más años que no se caía la pelea de fondo televisada por la pantalla deportiva argentina, como sucedió el último sábado en la primera velada del año, programada en Mar de Ajó.
Allí iban a enfrentarse los cordobeses Alan Luques Castillo vs Lucas Carranza, por el título latino gallo del CMB que se hallaba vacante, pero este último no dio el peso (53,550) en su primer intento, y según los informes lo dio en el segundo (53,400, dicen).
La cuestión es que por la noche el esfuerzo le jugó una mala pasada y se descompuso, tanto que al día siguiente debió suspenderse la pelea, aunque la velada fue igual, con las preliminares, que subieron de 4 a 6 rounds, con púgiles novatos y debutantes, más una de mujeres  principiantes, a 4 rounds.
Era al aire libre, con entrada gratuita, que se podía ver desde los balcones de los departamentos y casas  lindantes, por lo cual, en un clima veraniego y vacacional, lo mismo daban los nombres de los desconocidos protagonistas, y todo pasó a segundo plano en el rigor popular, que no obstante se acercó masivamente.
La novedad era que se trataba de boxeo profesional, algo diferente, que pasó como una atracción turística más, convertida en un espectáculo de ocasión que pudo haber sido un vóley playero, o un teatro de títeres en la plaza central.
Está bueno que sea gratis y libre. Lo que no está bueno es que en nombre de eso se informalice todo, se desdibujen los límites y se pierda de vista el objetivo primordial de cualquier festival, que es el combate de fondo, y que sea por causas no buscadas, que obliguen a improvisar planes de emergencia.
No es que por eso los de abajo no tengan derecho a pelear igual. Sí, lo tienen. Y a ser televisados también. ¿Pero hasta cuándo la TV va a seguir tolerando una situación así?
Hasta hoy el boxeo había ganado una confiabilidad tal, que consiguió un espacio fijo en la grilla de la programación de TyC Sports, por contrato, por sociedades y demás, pero lo que pasó el sábado es como si los planteles de 1ª de cualquier club de fútbol no se presentasen, y entonces se  televisa a la 3ª y la 4ª.
No es reemplazable, por más gratis que fuera.

No lo es deportivamente.

En lo económico nadie le queda debiendo nada a nadie, ni puede reclamarse como estafa, pero es un alerta en lo boxístico que no puede disimularse.
Venimos de perder la organización de la categoría 56 kg de la APB por problemas organizativos, y esta es la punta del iceberg que marca continuidad con lo que venía sucediendo en 2014: falta de fondistas y bajo nivel general, que se evidencia también en las peleas de debajo entre ignotos púgiles, que pese a ello le cuesta programar a la empresa promotora más poderosa del país, como OR Promotions, que maneja nada menos que a Narvaes, Reveco, Chaves, Heiland, Cuenca, Castaño, Tigresa Acuña, Bppp, Farías, Camionera Alegre y Bonita Bermúdez, entre otros. ¿Qué se les puede pedir a los demás?
Pero a la vez es la consecuencia de trabajar con púgiles cuasi inactivos como Carranza, que venía de empatar y perder en 2014 sus dos únicas peleas, que para colmo en casi toda su carrera fue supergallo, y hacerle dar una menos.
Consecuencia también de que se aprueben títulos tirados de los pelos -por menos serios que sean-, para seducir a sponsors, a la TV, o engañar a intendentes y políticos de turno que por ignorancia los financian a cambio de pantalla barata y extensa, o porque se cobran unos pesos más de lona y estática en general. Hubiese ido tranquilamente fuera de título.
¿Se está viendo hacia dónde vamos? ¿Se es consciente de la realidad semanal, fuera de los grandes campeones? La crítica no es por agoreros, sino para ver si alguien reacciona y se da cuenta de que es hora del cambio, de retocar el modelo o el rumbo del mismo y buscar soluciones, porque así la proyección es irreversible hacia el fondo del océano. 
Pero lo peor, o lo más peligroso, es que esto hizo que Carranza, en su intento por dar el peso -según trascendidos- recurrió a diuréticos, sustancia prohibida, considerada doping.
Y el juego con la salud es lo más importante, más que la pelea de fondo, el boxeo, la plata y la gente.

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